Hoy hablo con Ha Artemisa.
Su presencia me puso en un estado parecido al trance, aquí te lo cuento todo.
Durante mi meditación sentí la presencia de un ser femenino, alguien con quien no había tenido comunicación anteriormente, en ese momento una gran cantidad de energía se dirigió a mi cabeza, su presencia me puso en un estado parecido al trance. De repente comencé a ver mis procesos mentales, era algo así como si estuviera viendo el funcionamiento de mi cerebro proyectado fuera de mí, estuve un rato experimentando esa fascinante sensación que me mareaba un poco. Después de un momento este ser me preguntó si podía entrar en mí de la misma manera como hago presente a las almas de los difuntos cuando realizo la terapia de almas. Se lo permití, la experiencia comenzó a ser todavía más intensa, ahora no solo sentía la proyección de mi mente fuera de mí, sino que me sentía acompañado por alguien más, era como cuando un visitante entra en tu casa para hacer un recorrido y admira cada una de las habitaciones y comenta lo maravilloso que es todo. Sentí como este ser entraba en mi inteligencia y la recorría, todo le fascinaba. Me invadió su sensación de asombro y orgullo, ella a través de mi mente hacía repetidas exclamaciones tales como: ¡Valió la pena! o ¡Que increíble trabajo hicimos! también ¡Que maravilloso resultado, es mucho mejor de lo que anticipamos!
Sabía que este ser era capaz de descubrir algo en mí que yo mismo no veía, era como cuando un artista se detiene un momento a admirar su obra. Por un largo rato estuvo abstraída observando la majestuosidad de la mente humana. Yo sabía que se estaba tomando un momento para valorar su creación y se lo permití, finalmente sentí que volteaba su atención a mi. Me saludó muy amorosamente y me dijo que podría llamarla Artemisa, que aunque ese no era su nombre se sentía cómoda con que la llamara así. Y comenzó el diálogo que te iré platicando en este blog.
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